Nos cuenta Diego Paredes, nato luchador y entusiasta de un mejor porvenir siempre.
Con tan solo 23 años, ya cuenta con un vasto recorrido por el país donde sorteó un sinfín de situaciones para apoyar a su mamá y a sus hermanos. Desde Encarnación, su ciudad natal, migró hasta la capital del país, vivió también en Ciudad del Este y el Chaco.
Hoy se encuentra en una etapa plena de oportunidades trabajando, en la zona de Curuguaty, Canindeyú.
Desde muy chico, Diego pasó de ser lustrabotas a vendedor ambulante, auxiliar de scanner, panadero. Estos oficios lo ayudaron a superar dificultades, tanto a él como a su familia en las distintas circunstancias que le toco vivir.
Su motivación y sus ganas de crecer le permitieron creer en un futuro más prometedor. “Un mejor porvenir estaba en mi camino y ya lo encontré y voy aprovechar al máximo”, refirió el joven con mucho entusiasmo sobre el nuevo reto laboral, donde se sumará al trabajo de campo como extensionista familiar para el programa nacional de reducción de pobreza, Sembrando Oportunidades
El también es estudiante de primer año de la carrera de Agronomía, tiene siete hermanos y una mamá que ayudar, y confía en que podrá desempeñar su trabajo con mucha dedicación y con el compromiso de servir a quienes necesitan hoy.
Diego es igualmente el presidente del Comité Juvenil que se conformó hace algunos meses con otros jóvenes de San Isidro Oeste, del distrito de Curuguaty, con el apoyo de la voluntaria AROVIA, donde junto con otros 20 jóvenes más ya están abocados al trabajo social comunitario de la ciudad actual que lo acoge.
Destacó que esto se dio gracias a que conoció el programa. “AROVIA cambió muchas cosas, conocí a personas nuevas, nuevo ambiente, creo que a partir de AROVIA pude cambiar, me conocí a mí mismo, reconocí que yo puedo hacer muchas cosas, es una motivación para mi AROVIA”.
En tan solo unos meses tanto Diego como sus compañeros pudieron además de formalizar el Comité con el municipio local, emprender varias acciones con los demás pobladores de la zona.
Con una gran sonrisa y con la fe puesta en sí mismo, nos deja esta reflexión: “le digo a los jóvenes que nunca se den por vencidos, porque yo pase por muchos obstáculos, tuve mis momentos críticos también, pero nunca se den por vencidos, todo se logra con lucha, todo se puede y que por un tropiezo no se entreguen, que sigan luchando, que den todo, que un mejor porvenir está en el camino, que eso va llegar y que con paciencia y con mucha dedicación todo se consigue”.