“Si no somos capaces de reflexionar, ser autocríticos, es poco probable generar cambios”, nos cuenta Camila Céspedes, voluntaria AROVIA de la promoción 2015 y actual coordinadora programática del programa.
Oriunda de Yatytay del departamento de Itapúa, localidad distante a unos 167 km de Encarnación, última de nueve hermanos, es psicóloga laboral por la Universidad Nacional de Itapúa, y quien tuvo la posibilidad de compartir sus conocimientos y su experiencia durante nueve meses con pobladores de comunidades de Saladito y El Peñón de Limpio.
La experiencia de trabajo en ambas comunidades fue desafiante para Camila, “muchas veces quise desistir y salir; sentía y veía tanta injusticia social e inequidad, que me superaban, sin embargo, éstas situaciones, me impulsaron a seguir y comprometerme aún más con las personas”.
Un rescate simbólico de esta grata experiencia, fue “el encuentro con otro, un otro que se constituye a través de una historia y es esa historia que debemos de conocer y a partir de ahí construir”. Y es ahí donde la misma recalca lo importante de “respetar y aceptar las diferencias como un primer paso para trabajar en comunidades”
Compartir y vivir muy de cerca la realidad de personas lejanas a ella, permitió que la misma pueda cambiar su modo de ver las cosas, así como su forma de participar en una sociedad, por lo que considera que, “el cambio que queremos para el país, empieza por uno. No es posible un país con igualdad de oportunidades, si no hay compromiso y ética ciudadana”.
“Con AROVIA pude darme cuenta que debemos involucrarnos en los procesos de desarrollo desde el lugar que nos toca estar como ciudadanos. Ser partícipes del modelo de país que queremos construir”.
Tal es así que hoy podemos hablar que desde pequeñas acciones como estos procesos comunitarios con la voluntaria, es posible construir cambios significativos en las comunidades, destacándose logros como; la ejecución de una serie de acciones con los pobladores; como la Colonia de Vacaciones con el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) desde el departamento de Extensión y Voluntariado, la Incorporación de personas con discapacidad al programa TEKOPORA de las Secretaría de Acción Social (SAS), la realización de ciclos formativos a la comisión vecinal con el acompañamiento de la FEDEM.
Igualmente se pudo concretar el Proyecto PARTIDI con niños y niñas de la comunidad donde un grupo de jóvenes de la Red Juvenil en Acción fueron mediadores juveniles. En el marco de gestiones de articulación con instituciones públicas, con el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG)se desarrolló el “Proyecto Huerta Escolar”, la “Arborización en las escuelas” con el Instituto Forestal Nacional (INFONA), “Cine para niños” con la Secretaría Nacional de Cultura (SNC), entre otros logros no menos importante que las mencionadas más arriba.
Hoy con un nuevo rol para el mismo programa, considera que las acciones hechas desde el voluntariado, es un modo de construir ciudadanía que aporta y genera cambios que permiten que los jóvenes se involucren con la realidad del país, su apuesta a AROVIA como coordinadora, se fundamenta en que AROVIA “es un espacio para jóvenes que desean contribuir a generar conciencia ciudadana y al mismo tiempo promover a las personas para que puedan reconocer su valor como sujetos sociales”.