“La participación, la alianzas intersectoriales, el enfoque territorial y el monitoreo son claves para reducir la pobreza”, significó el Ministro secretario ejecutivo de la Secretaria Técnica de Planificación del Desarrollo Económico y Social (STP), José Molinas Vega, quien disertó sobre el “Programa Nacional de Desarrollo – Eje de Reducción de la Pobreza y Desarrollo Social”, en el marco del XI Programa de Desarrollo de la Dirigencia Empresarial, organizado por la Fundación Desarrollo en Democracia, realizado este jueves 21 de setiembre en el Carmelitas Center.
En ese contexto, Molinas recordó inicialmente con relación a la reducción de la pobreza en nuestro país que “Bajar del 2002 al 2016- en 14 años- de una pobreza del 58 % a una del 29% no es poca cosa”.
Agregó que a nivel de pobreza extrema “estábamos casi estancados alrededor del 12 % pero desde el 2011 redujimos como sociedad casi el 50% por ciento. Esta es la meta que el mundo se puso para hacerlo en 25 años”.
Acotó que “Si queremos darle otra mirada, la pobreza es más estructural”, y se preguntó entonces cuál es la periodicidad con que se mide. “¿El periodo relevante es del año? Muchos dirían que no. Por ejemplo, Chile no lo mide anualmente y tampoco en México. Paraguay lo mide anualmente. Es un indicador estructural y es otra forma de ver para promediarla”.
Apuntó que se realizó ese ejercicio. “Si medimos la pobreza cada tres años, fíjense en los últimos años como sociedad estamos siendo exitosos en la reducción de pobreza extrema y también similar con la pobreza total”.
Igualmente indicó que lo precedente es un proceso que está en marcha en Paraguay que está en la dirección correcta aunque “queda mucho aun por hacer”.
“Nos planteamos qué tenemos que hacer y básicamente aquí nuestra visión es más compleja de lo que decíamos de la visión de mediano plazo basado en la participación”, acotó que existe un marco de políticas públicas para logar los objetivos trazados.
Insistió en la participación, alianzas intersectoriales y enfoque territorial para reducir la pobreza. “La pobreza no es lo mismo en Concepción que en Ñeembucú. Con un monitoreo constante, no hay política exitosa si no hay una estrategia de monitoreo efectivo. Y si la política pública empieza mal y tienen un buen sistema de monitoreo va a detectar y podrá corregir”, manifestó.
Citó al enfoque de precisión como uno de los elementos fundamentales de transformación de la política social del país pues la misma se concentra en una identificación precisa de las familias en pobreza extrema y hambre, así como los de pobreza moderada para asegurar que reciban un apoyo integral del Estado tanto en lo social, lo económico y lo motivacional.
Con respecto al rol que cumple las empresas privadas en el marco de Sembrando Oportunidades sostuvo que la reducción de la pobreza es tarea de toda la sociedad en su conjunto y es por ello que es de real importancia incorporar al sector privado para que apoye a las instituciones públicas y a las comunidades más vulnerables en su desarrollo social.
La relación con la comunidad es una de las dimensiones de la gestión de la Responsabilidad Social Empresarial que más trascendencia tiene, considerando a la empresa como un actor social de relevancia que convive y se relaciona en su ámbito de incumbencia con grupos de interés donde la compañía realiza su actividad.