El pasado 20 de noviembre fue presentado el Plan Nacional de Desarrollo –PND- por el Ministro de la STP, José Molinas. En la oportunidad Marcelo Giudale, Director Senior de Macroeconomía y Gestión Fiscal del Banco Mundial, analizó los elementos centrales que tienen el plan y que a su criterio, son fundamentales para encaminar con éxito las políticas socio económicas.
Desde una perspectiva crítica constructiva el economista hizo un paralelismo de las medidas – que con sus éxitos y aprendizajes- se están tomando en el resto del mundo. Enumeró diez puntos que son piezas fundamentales para un país y que terminan garantizando una hoja de ruta lo más certera posible hacia el desarrollo.
“Quiero llevarles a las mismas interrogantes y aprendizajes que tiene tanto el BM como quienes están ligados al mundo del desarrollo”, indicó Guigale. Valoró positivamente el hecho de que Paraguay, hoy cuente con un PND. “Ningún país tuvo éxito en su esfuerzo por encaminar su desarrollo, sin un plan nacional. No podemos esperar resultados si no sabemos a dónde vamos”, enfatizó.
Recatamos en esta nota los puntos abordados por Marcelo Guigale, pues pueden encaminar debates necesarios en la sociedad paraguaya, que convoquen no sólo al Estado, sino también a la sociedad civil:
- Visión: balance entre equidad y eficiencia. En este punto se refirió a que la ortodoxia económica debe complementarse con la solidaridad social, es decir un Estado que garantice derechos. El mercado no lo es todo expresó. Es vital para un país tener una cuenta pública sana, mantener la deuda externa baja, tener un Banco Central independiente que controle la inflación. Los Estados deben regular el mercado con eficiencia y sobre todo, debe tratar bien a sus inversores. Éstos últimos, no sólo son los grandes empresarios, sino también la gente que con sus pequeñas y medianas inversiones encaminan sus economías y generan trabajo e ingresos.
- Identificación: conocer a las personas que viven en condición de pobreza, por su nombre y apellido. Identificar claramente a la población que está excluida es vital para encaminar políticas de inclusión social. Relató que esto se reveló en México, 20 años atrás, cuando el Gobierno decidió asegurar una renta mínima para quienes estaban en las peores condiciones de pobreza. Fue un escándalo, dijo. La crítica tiroteaba a la propuesta y exigía condiciones “que lleven a los chicos a la escuela, que las embarazadas se hagan controles pre-natales” decían. Sin embargo generó un fenómeno interesante: el gobierno fue quien tuvo que llegar hasta la gente y se encontró con que no tenían documentos, no estaban en ningún registro y ni siquiera votaban, es decir estaban excluidos. Hoy día, 70 países en el mundo hacen transferencia directa a las personas en situación de pobreza. Su legitimidad ya no se discute.
- Igualdad: resultados u oportunidades: ¿De qué desigualdad estamos hablando?, de la desigualdad entre personas adultas para saber cuánto dinero ganan, cuanto tienen y de qué carecen.
Un estudio del Banco Mundial, realizado, entre otros, por el ahora Ministro José Molinas, reveló que entre un cuarto y la mitad de la desigualdad de ingreso observada entre los adultos se debe a circunstancias personales que enfrentaron cuando eran niños/as, sobre las que no tuvieron control ni responsabilidad, como la raza, el género, el sitio donde nacieron, la educación de los padres y la ocupación del padre, las cuales revelan el nivel de desigualdad de oportunidades en la región.
Esto nos conmina a centrar la mirada en la desigualdad entre niños y niñas. Todos estamos de acuerdo con que debemos trabajar y usar dinero público en la generación de condiciones de igualdad de partida entre niños y niñas, expresó Guigale.
El Índice de Oportunidad Humana (IOH), es una herramienta que ayuda a medir eso. José Molinas es uno de los impulsores del IOH, contó Giugale.
Este instrumento permite determinar qué tan importantes son las circunstancias personales para abrir o cerrar el acceso a los servicios necesarios para una vida productiva, como agua potable, saneamiento, electricidad o educación básica. Esto abre un nuevo campo de acción para diseñar políticas públicas enfocadas en la equidad y está presente en el programa Sembrando Oportunidades.
- Impacto: que se logra realmente con las políticas públicas. En este punto Guigale habló de cuatro elementos que determinan que las “cosas sucedan” aunque el impacto no esté bajo el control de quien las lleva adelante. Las políticas tienen insumos, es decir presupuesto; además entregan productos, es decir servicios y con ellos se generan unos resultados que vienen a ser los productos entregados. Sin embargo el impacto es la consecuencia de los productos y la suma de todo. Se refiere a cómo se logra transformar la vida de las personas y se gana en condiciones de dignidad para ejercer derechos. Terminó con unos ejemplos y con la consigna “pregúntense siempre, cuál es el impacto de las políticas socioeconómicas, no sólo miren los resultados”
- Estándares gastar más vs gastar mejor: hoy día se puede medir y comprobar la calidad de casi todo. No son necesarios los tecnicismos ni las complicaciones. Se aplica a campos diversos y muy especialmente a la educación. Habló de un ejemplo concreto: haga que su hijos/a lea algo y compruebe si alcanza 60 palabras en un minuto. Si no lo logra, pues tiene algo que hablar con sus maestros. La calidad medida de manera sencilla también es moneda de cambio para otras cosas, como cuando los maestros van a negociar aumentos salariales, es posible interlocutar con ellos y decirles: están bien, pero hablemos también de la calidad de la enseñanza.
- Línea de base: lo que no se mide, no se hace. El PND que presentó el Ministro, muestra cifras, datos y parte de una realidad conocida. Para medir resultados e impacto, es importante contar con buenas estadísticas y antecedentes sobre la situación de partida. Las políticas públicas y sus efectos deben están sustentadas en evidencia y conocimiento de la realidad que intervienen y contar con datos que muestren los puntos de partida y los resultados alcanzados. Este punto fue muy valorado por el experto.
- Volatibilidad y cobertura de riesgo: amortiguar el impacto de los imprevistos es parte fundamental en cualquier economía, desde la hogareña hasta una economía nacional.
Hoy se sabe que hay fenómenos incontrolables como el clima, los precios de los commodity y un país debe estar preparado para shocks como estos. Contar con una cuenta pública sana, presupuestos multianuales, crear espacios fiscales –ahorrar como lo hacían nuestras madres- son elementos centrales que preparan a un país a responder a las crisis eventuales.
- Globalización: no se pueden cerrar las puertas de un país. Los países con economías emergentes y dinámicas se han mostrado abiertas a implementar actividades productivas ligadas a cadenas de valor. Hoy día, el ensamblaje se hace en varios países – de autos por ej.- ese es el secreto del éxito del Asia del este. Los patrones de desarrollo exitosos responden a estrategias de crecimiento interno con regímenes de apertura económica e integración regional hacia cadenas de valor.
- Apoyo externo: más experiencia que dinero. El apoyo del BM o los organismos multilaterales se puede centrar en el intercambio de experiencias y aprendizajes más que en apoyo monetario. Ya no existe monopolio del conocimiento, pero el BM todavía puede apoyar a un país como Paraguay a conectarse con experiencias de todo el mundo y sobre los más variados temas de importancia para el desarrollo. Ése es hoy, el gran aporte que podemos hacer.
El último punto analizado por Marcelo Giugale fue “Participación: ¿de quién es el plan?. “Construir un plan de desarrollo con el aporte de todos los sectores es un elemento importante y que le confiere legitimidad”. Finalizó su presentación deseando éxitos y respondiendo a las preguntas de los presentes.