Con el lema “Ozono para la vida” ante la situación de la pandemia de COVID-19, este año y como cada 16 de setiembre, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) conmemora el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono con un mensaje claro de seguir trabajando entre todos para salvar la capa de ozono.
Dicha conmemoración se da en torno a las buenas decisiones y acciones colectivas, guiadas por la ciencia como una manera de resolver las grandes crisis mundiales. Nos recuerda, además, que el ozono no solo es crucial para la vida en la Tierra, sino que debemos continuar protegiéndolo para las generaciones futuras.
Especialmente luego del descubrimiento de los científicos, a finales de la década de 1970, del agujero que se estaba dando en el escudo protector (el ozono) producida por la humanidad y que generó la alarma de los mismos. Este agujero, causado por los gases que agotan la capa de ozono (SAO), amenazaba con aumentar los casos de cáncer de piel y cataratas, dañar plantas, cultivos y ecosistemas.
Ante tal situación la respuesta global fue decisiva. En 1985, se adoptó la Convención de Viena para la Protección de la Capa de Ozono. Bajo el Protocolo de Montreal del Convenio, los gobiernos, los científicos y la industria se comprometieron a trabajar juntos para eliminar el 99 por ciento de todas las sustancias que reducen la capa de ozono.
Gracias este protocolo, la capa de ozono se está recuperando y se espera que vuelva a los valores anteriores a 1980 para mediados de siglo. Para respaldar el Protocolo, la Enmienda de Kigali, que entró en vigor en 2019, trabaja para reducir los hidrofluorocarbonos (HFC), los gases de efecto invernadero con un gran potencial de calentamiento climático y dañinos para el medio ambiente.
Paraguay en el marco de su legislación además de aprobar y firmar ambas posturas, ratifica tanto el Protocolo a través de la Ley Nº 61/1992, así como la Enmienda de Kigali por Ley Nº 6125/2018.
Este esfuerzo internacional conjunto ha permitido la eliminación y reducción del uso de sustancias que agotaban la capa de ozono, ayudando no solo a protegerla para la generación actual y las venideras, sino también a mejorar los resultados de las iniciativas dirigidas a afrontar al cambio climático.