Las mujeres y las niñas están en desventaja en esta pandemia, un problema que se agrava más aún en las zonas rurales. Las mujeres rurales ya enfrentaban, y se enfrentan, a batallas previas específicas en su vida diaria a pesar de sus roles clave en la agricultura, el suministro alimentario y la nutrición. Ahora, desde el COVID-19 y las necesidades de salud únicas en áreas remotas, les es menos probable tener acceso a servicios de salud de calidad, medicamentos esenciales y vacunas. Las normas sociales restrictivas y los estereotipos de género también pueden limitar la capacidad de las mujeres rurales para acceder a los servicios de salud.
El primer Día Internacional de las Mujeres Rurales se celebró el 15 de octubre de 2008. Fue establecido por la Asamblea General en su resolución 62/136, de fecha 18 de diciembre de 2007. En ella reconoce «la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural».
Por ello, la resolución insta a los Estados Miembros, en colaboración con las organizaciones de Naciones Unidas y la sociedad civil, a implementar medidas que puedan mejorar la vida de las mujeres rurales, incluidas las de las comunidades indígenas y aquellas con discapacidad.
Naciones Unidas
En Paraguay contamos con la Ley Nº5.446/2015 cuyo objetivo es promover y garantizar los derechos económicos, sociales, políticos y culturales de las mujeres rurales; fundamentales para su empoderamiento y desarrollo. Reivindica el trabajo de las mujeres, quienes se encuentran en desventajas por las barreras existentes para el acceso a la tierra, al crédito, a los servicios de asistencia técnica y capacitación, a los servicios de salud, y de educación, así como a la participación ciudadana en condiciones de igualdad.
Cabe mencionar que el Ministerio de la Mujer es el órgano rector del cumplimiento de esta Ley en coordinación con el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y otras instituciones públicas, los gobiernos departamentales y municipales.
Desde la Secretaría Técnica de Planificación del Desarrollo Económico y Social (STP) reafirmamos nuestro compromiso para fortalecer nuestro trabajo de planificación dirigido a mejorar las condiciones de vida de las mujeres y niñas rurales.
Destacamos igualmente el trabajo realizado por muchas mujeres rurales que son lideresas en sus comunidades y familia haciendo frente a la pandemia producida por el coronavirus y los momentos críticos que pasaron con la cuarentena y el aislamiento.
Uno de los ejemplos de resiliencia en esta pandemia son las mujeres del grupo de ahorro de Paso de Patria, situada en el departamento de Ñe’embucú, unas 20 mujeres que han logrado sobresalir pese al contexto actual y dieron continuidad a su grupo incluso fortaleciendo el mismo.
Tomando todas las medidas sanitaria y preventivas decidieron seguir adelante y adaptarse ante la situación antes que decaer frente a la crisis que aqueja a nivel global.
Los Grupos de Ahorro se organizan de manera voluntaria y siempre con acompañamiento de voluntarios y técnicos, el ahorro que realizan se invierte en un fondo del cual pueden tener acceso a préstamos en caso de necesidad o cuando una oportunidad emerja.
Es una metodología que formó parte del Programa Conjunto de Seguridad Alimentaria y Nutricional (PCSAN), coordinado por la STP, dicho programa no se encuentra activo, sin embargo, la metodología de los grupos de ahorro sigue siendo acompañada por la Dirección de Focalización de la Secretaría Técnica.
Como ellas existen muchas otras mujeres del campo que resisten, se adaptan y siguen adelante, para ellas, hoy más que un homenaje con nuestro compromiso de seguir trabajando para mejorar sus condiciones de vida y la de sus familias.