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“La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible reconoce explícitamente a los grupos de voluntarios como actores claves para alcanzar los diecisiete ODS”, como parte de lo enunciado sobre el rol de los voluntarios para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a nivel mundial.
En el marco del Día Internacional de los Voluntarios, celebrada este 5 de diciembre, como cada año, la Secretaría Técnica de Planificación del Desarrollo Económico y Social (STP) reafirma su compromiso de seguir fortaleciendo acciones en el ámbito del voluntariado.
Al respecto, la STP impulsa la primera experiencia nacional de voluntariado profesional, denominado AROVIA, con base a iniciativas del sector civil, para consolidarse en el ámbito público, desde el 2015 como una experiencia innovadora en la gestión territorial.
AROVIA como programa trabaja en la generación de un valor para la sociedad a través de la introducción de un producto, servicio o proceso novedoso que satisface una necesidad social de mejor forma que las soluciones existentes, produciendo un cambio favorable al sistema social. Además, es un factor clave en la descentralización de la planificación en diversos municipios del país.
Por otro lado, desde el 2018 la STP forma parte del Consejo Nacional de Voluntariado (CONAVO), que tiene como objetivo reglamentar la Ley Nº.6060/2018 “Que regula el voluntariado”, en nuestro país.
Mediante esta instancia, además de acompañar el proceso de reglamentación, busca garantizar los deberes y los derechos de las instituciones que trabajan con voluntarios y especialmente el de los propios voluntarios.
La STP en su rol de coordinadora de la Cooperación Internacional también acompaña la llegada de voluntarios profesionales de otros países, tales como de la Agencia de Cooperación Internacional de Corea (KOICA), Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) entre otros.
El voluntariado es, por naturaleza, un importante vehículo para el desarrollo sostenible. Permite a las personas y comunidades participar en su propio crecimiento. Gracias a esto, los ciudadanos construyen su propia resiliencia, amplían su conocimiento básico y adquieren un sentido de la responsabilidad para sus propias comunidades.
Consolida, además, la cohesión social y la confianza al promover acciones individuales y colectivas, lo que conlleva efectos sostenibles para las personas mediante las personas.