“El mayor activo que tienen las familias paraguayas en general y específicamente las familias en situación de vulnerabilidad, es el optimismo, la esperanza y las ganas de salir adelante”, sostuvo Stephan Rassmussen, viceministro de Reducción de la Pobreza y Desarrollo Social de la Secretaría Técnica de Planificación del Desarrollo Económico y Social (STP) durante una entrevista realizada en la mañana de este jueves 26 de enero en Radio UNO.
En referencia a los avances del Programa Nacional de reducción de Pobreza, Sembrando Oportunidades, destacó que efectivamente hubo una disminución importante de la pobreza.
“Históricamente el porcentaje de pobreza extrema estaba en 20% de la población y ahora está en menos del 10%. Si vamos a números absolutos que no es estadísticamente comparable porque hace 10 o 5 años la población era menor que ahora, se llegó a tener 1.200.000 pobres extremos en el país, y hoy tenemos menos de 700.000”, arguyó el viceministro de la STP.
“La Pobreza en general tanto la total como la extrema, prácticamente se redujo a la mitad en los últimos 3 o 4 años, la pobreza extrema estaba rondando a nivel nacional el 20%, por 14 años se quedó en ese número desde el 1997. Y en los últimos 4 años bajó y ahora está en el nivel más bajo desde que se mide, esta en 9, 97 %. Se estima que hay alrededor 687.000 personas que viven en extrema pobreza “, puntualizó.
Recalcó también, que “Definitivamente estamos en el camino correcto, pero tampoco podemos decir misión cumplida ni mucho menos. Hay todavía muchas familias que están en situación vulnerable”.
Significó que dado que la pobreza es bastante dinámica, una familia puede pasar la línea de pobreza un año, y volver a estar por debajo al año siguiente. “Esto se debe a la alta volatilidad que tiene una familia ubicada en esos niveles”, acotó.
Puntualizó que el mayor activo que tienen no son necesariamente los implementos agrícolas que se les entrega. “El activo mayor que tienen las familias paraguayas en general y en específicamente estas familias en situación de vulnerabilidad, aunque cueste creer, es el optimismo, la esperanza y las ganas de salir adelante”, agregó Rassmussen para enfatizar que “la cara de la pobreza en Paraguay es rural y es mujer”.
La metodología de llegada a las familias trabaja precisamente la línea actitudinal y motivacional: se realiza primero con ellos un plan de vida, dónde ellos mismos definen que desean lograr al cabo de un año o más y cómo van a generar sus ingresos, en base a
Sus aspiraciones y sueños. Para ello se incorporó la tecnología y mediante una tableta que tiene cargados los programas van desarrollando por capítulos las capacitaciones, mediante guías que los acompañan en el proceso de graduación que les permitirá salir de la situación de vulnerabilidad.
“Lo interesante de este trabajo que venimos haciendo hace tres años y medio, es de identificar, de hacer un buen diagnostico y de implementar los planes para llegar al fondo de la cuestión, la pobreza extrema en un 72% es rural que es importante entender, el 87 % de esas familias se dedican a la agricultura. Entonces hay mucho trabajo que se viene haciendo en lo rural, tanto en la generación de ingreso a través de la agricultura, del ministerio del trabajo con las capacitaciones, y de facilitar una vivienda digna a través de la Senavitat y aproximadamente 30 instituciones con quienes la STP coordina los trabajos para llegar de forma más eficiente a las personas”, manifestó igualmente Rassmussen.
En el marco de Sembrando Oportunidades se aplicó una Ficha Social mediante la cual se llegó a 280.000 familias, más de un millón de personas en zonas rurales, a partir de la cual se determino en qué situación de pobreza estaba la familia, lo que fue importante para focalizar la ayuda. “Así identificamos a 100 mil familias en situación de pobreza, más de 500 mil personas y desde esos resultados estamos focalizando tanto el programa de pensión alimentaria de adultos mayores, Tekopora , varios programas de agricultura, otros de la vivienda, con el objetivo de llegar al que más necesita y después ir escalando”, expreso igualmente.
Un adicional importante en los avances positivos de Sembrando Oportunidades es la labor que cumplen los guías familiares y técnicos que trabajan en territorios, pues se trata de jóvenes de las propias comunidades, estudiante o profesionales universitarios que quieren ayudar a estas familias. “Estos chicos de entre 22 y 27 años, tienen las ganas, sus incentivos esta alineados para ayudar. Crecieron en la comunidad, conocen sus calles, le quieren a su comunidad y trabajan con ganas visitándolas y haciéndoles el seguimiento y se ganan el cariño de las familias”, aseveró.
Con la incorporación de tecnologías se controla la labor de los jóvenes quienes con la tableta registran cada visita que van realizando a las familias, marcando la hora que llegaron y la hora de salida. “Estamos viendo buenos resultados en Paraguay del programa desarrollado por la Fundación Capital y unos de los principales pilares para que estas familias salgan de la situación de pobreza, es el acompañamiento continuo y de calidad, transmitiendo confianza por un lado, y conocimiento, por el otro, mas un capital semilla, está propiciando que muchas familias logren una mejor calidad de vida”, dijo finalmente.